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La pérdida de datos es cada vez mayor. El CV es el documento privado más público que existe.

 

La seguridad de los equipos de impresión debería ser cada vez más importante para las empresas. Las “impresoras” ya no son lo que eran y hoy en día se han convertido en sistemas complejos por los que todos los días pasan facturas, albaranes, curriculums, nóminas… El tándem impresora-ordenador es una realidad desde la que se gestiona la información básica de una organización y se calcula que el riesgo afecta potencialmente al 90% de las empresas.

 

Ya sea a través del escaneo de documentos físicos, ya sea por medio de fax, la información se mueve a través de los sistemas de trabajo formados por equipos MFP y ordenadores. Hasta ahora la preocupación por la seguridad se suele concentrar en los ordenadores y en las redes, pero la realidad es que las impresoras pueden convertirse en cómplices inocentes del robo de información, en facilitadores involuntarios de la pérdida de información de cualquier empresa no sólo por las posibles brechas de seguridad en las redes de impresión, sino también por hechos tan poco sospechosos como imprimir documentos confidenciales en un equipo de acceso público, por no autenticar a quien imprime y quien accede a cierta información y por no establecer privilegios de impresión.

 

El CV es el documento que contiene una importante cantidad de información personal y sensible sobre los perfiles personales y profesionales y sin embargo es el documento más circula a través de dispositivos compartidos como las impresoras.

 

Lo paradójico de este problema es que la solución es bastante sencilla. Bastaría con incorporar a los equipos MFP un paquete de seguridad que permitiera, por ejemplo, el cifrado SSL para evitar que la información pueda ser leída o un sistema de control de uso que autenticara al usuario y limitara las posibilidades de impresión.